"¿QUE TAN IGUALES SON
EL HOMBRE Y LA MUJER?"
En Nuestra corrupta sociedad gran-babilónica moderna las mujeres
quieren ser iguales a los hombres. Muchas mujeres quieren
asumir los roles del hombre, y vice-versa.
¿Son realmente iguales el hombre y la mujer?
¿A qué se refiere Yahweh cuando dice que "no hay diferencia entre el hombre y la mujer," y que "habrá una misma Ley para ambos"?
Si son tan iguales, entonces ¿por qué dice la Torah que "varón y hembra los creó"? ¡Ciertamente, un varón no es lo mismo que una hembra!
A continuación, veamos si realmente un hombre y una mujer son iguales,
citando tan sólo un ejemplo.
Antiguamente---y todavía en algunos lugares del mundo---los hombres podían tener varias esposas. Incluso podían tener concubinas, como era el caso de Yaacob, Abrahjám, el Rey Salomón, y otros. Yahweh aprobaba esta costumbre, mientras se cumplieran ciertos requisitos fundamentales. Todas esas esposas tendrían un mismo esposo, y sus hijos serían hijos legítimos de ese matrimonio.
De otra manera, queridos míos, saliéndose de ese matrimonio, los hijos serían "hijos del adulterio" y con el tiempo, "esta tierra quedaría totalmente profanada," como dijo el profeta Jeremías en 3:1. Recordemos como Samaria estaba totalmente profanada a causa de las transgresiones de sus habitantes inicuos, como ilustra el ejemplo de la mujer junto al pozo:
"Ve a llamar a tu esposo, y vuelve acá --—le dijo Yahushua.
'No tengo esposo'--—le respondió la mujer.
'¡Bien has dicho que no tienes esposo! Es cierto que has tenido cinco,
y que el que ahora tienes tampoco es tu esposo. ¡En esto has dicho la verdad!'"
La mujer samaritana entrevistada por Yahushua, llevaba seis hombres, y el que tenía en la actualidad, tampoco era su marido. Al parecer, la pobre mujer andaba "de mano en mano" y de un hombre a otro, entrando con ellos en relaciones bastante esporádicas. Pondérense, queridos míos, ¿cuántos hijos de distintos maridos habrá tenido esa mujer samaritana con esos cinco o seis hombres que llevaba? Independientemente de esto, la pobre mujer era una adúltera. Pero esto no era del todo extraño en Samaria. El pecado abundaba allí desde que el Reino del Norte (las diez tribus norteñas) se apartaron de la Ley de Yahweh para seguir a la demoníaca Ashtarot y todos sus baalim.
Hoy sucede igual que en aquellos días. Nuestra tierra está totalmente contaminada. El mundo en general sigue adorando a los baales y quebrantando la Ley de Yahweh---muchas veces sin estar concientes de ello. Las mujeres quieren tener muchos maridos, y hacer las mismas cosas que hace el hombre, alegando iguales derechos bajo la ley humana porque dizque que desde ahora ellas son exactamente iguales a los hombres en TODO.
Pero, ¿tiene sentido esto?
Espiritualmente, y potencialmente-hablando, el hombre y la mujer pueden ser iguales, y en efecto lo serán en el futuro. Pero en la actualidad nadie puede negar que físicamente existan diferencias entre ambos. Primeramente, Yahweh creó a la mujer del hombre, y no vice-versa, y les dió instrucciones y roles diferentes a cada uno; pero esto no significa que ante Yahweh uno sea mejor que el otro. Esto sólo significa que Yahweh tiene un orden, que existe una jerarquía diseñada por Yahweh en la cual ambos participan en roles distinguidos. La fidelidad y adherencia a estos mandatos y roles, los hace ver IGUALES a los ojos de Yahweh. Pero entre ambos existen grandes diferencias, queridos míos.
¿Por qué antiguamente Yahweh permitía al hombre tener varias esposas?
Algunos responderán, "para llenar la tierra," respondiendo al mandato de "creced y multiplicaos."
Si esto fuera estrictamente así, y si los hombres fueran exactamente iguales a las mujeres, entonces Yahweh hubiera concedido el mismo derecho y responsabilidad a la mujer.
Pero sabemos que no lo hizo. ¿Por qué?
Replanteemos la pregunta de esta manera: ¿Por qué antiguamente Yahweh concedía al hombre tener varias esposas, mientras que a la mujer no le era permitido tener muchos esposos?
¿Por qué Yahweh nunca decretó que una misma mujer pudiese tener muchos hombres a la vez, mientras que un hombre sí podía convivir con muchas mujeres a la misma vez?
La respuesta simple y sencilla, queridos míos, es, "porque no son iguales."
El hombre y la mujer no son físicamente iguales, por lo tanto no siempre podrán regirse por las mismas normas. Sus cuerpos son distintos, y muchas de sus funciones también. Todos los principios y las leyes básicas son iguales para ambos---como afirma la Torah---pero cada género tiene además su propios estatutos dados por Yahweh para regular sus diferentes roles y responsabilidades, como también es evidente en las Escrituras.
Antiguamente, al hombre le fue dado tener cuantas esposas e hijos pudiera amar, atender y mantener. Una vez un hombre tomara a una mujer como esposa, jamás la podía repudiar (ni tampoco a sus hijos), mientras ésta no le fuera infiel. A todas les tenía que proveer para sus necesidades materiales y emocionales. (Si el hombre incumplía con estos mandatos, mas tarde le vendrían maldiciones a su casa o descendencia.)
¡Pero a la mujer nunca se le permitió tener un harem de hombres! ¿POR QUE?
Analicemos las razones detrás de todo esto. Primeramente establezcamos que la razón básica para poner a los órganos reproductivos a funcionar mediante las relaciones sexuales es para la REPRODUCCION DE LA ESPECIE. El placer sexual no es la razón primordial, sino la herramienta dada al ser humano para que efectivamente se allegue a su pareja y procree.
Si un hombre tiene varias esposas---como muchos antes acostumbraban tener---él podía tener intimidad con una esposa diferente todos los días si así lo quería, y varias esposas podían estar embarazadas de él simultáneamente---aparte de las concubinas. Esta era la costumbre de la tierra en muchos lugares del mundo antiguo.
El hombre no se tendría que abstener de relaciones cuando su esposa estuviera en menstruación, porque contaría con varias otras esposas que no lo estarían. Mientras mas rico fuese el hombre, mas grande sería su casa, mas esposas y concubinas podría él tener; y mas podría "darse el lujo" de tener a más mujeres en estado de preñez a la misma vez, y ver a mas hijos suyos nacer.
Todas esas mujeres---esposas y/o concubinas suyas---sabrían a ciencia cierta quien era el padre de sus hijos, y todos esos hijos sabrían también quien los engendró, queridos míos, pues tendrían el nombre de su padre y se criarían con él.
Pero la situación hubiera sido muy distinta si a la mujer le hubiese sido concedido que tuviese muchos maridos. Ella no podría tener la misma libertad del hombre de tener intimidad carnal con un marido diferente todos los días, ni todas las semanas, ni cada quincena, "a fin de multiplicar su especie"---dado que lo normal es que la mujer solamente tenga un vientre, y que pueda quedar embarazada una sola vez cada nueve meses.
Pero supongamos que ella fuese una mujer muy rica y poderosa, queridos míos, y que pudiera mantener un establo de 15 o 20 maridos en su palacio, y---similar al hombre---tuviera relaciones carnales con un cónyuge distinto todos los días...
¿Qué resultaría de todo esto?
¿Se podría salir con la suya tal mujer? ¿Podría ella hacer lo mismo que el hombre, a la inversa? ¿Cómo funcionaría este "hogar"?
¿Acaso por el mero de ella hecho de ser mujer, no surgirían graves problemas dentro de ese hogar---problemas que jamás surgirían en el caso del hombre? Sigamos analizándolo, y veamos el resultado que tendría cuando una mujer quiere a toda costa imitar a un hombre en todo lo que hace, reclamando igualdad, y tener muchos "maridos" a la misma vez.
Amados míos y de Yahweh, aparte de los celos y de las rivalidades que inevitablemente surgirían entre todos esos maridos ante tan anormal situación, al momento de quedar embarazada, la totalidad de esos 15 a 20 hombres quedarían imposibilitados de volver a tener relaciones sexuales con su esposa por los siguientes meses hasta que ella diese a luz---porque la Torah lo prohíbe. Un hombre no se puede allegar a su esposa estando ella en estado de gestación. Lo mismo pasaría cuando ella estuviera en menstruación. La Torah prohíbe al hombre allegarse a su mujer en ese período.
¿Qué sería de todos esos 15 o 20 esposos? ¿Quién los atendería durante esos nueve meses?
PEOR AUN, queridos míos, ni ella ni ninguno de los hombres con quien ella sostuvo relaciones sexuales a diario hasta caer encinta, sabría a ciencia cierta quien engendró a la criatura que está creciendo en su vientre. Unos se imputarían la paternidad a otros, ¡y nadie querría hacerse responsable de ese hijo! No se puede justificar con una prueba de DNA, porque antes no había pruebas de DNA, y las leyes de Yahweh no se pueden cambiar en función de nueva teconología.
Nadie querría darle su apellido al hijo que está por nacer tampoco, porque nadie sabría realmente quien de todos ellos lo engendró. Tras varios embarazos, la mujer terminaría con un chorro de hijos "sin padre" y que nadie querría mantener ni amar.
Definitivamente, un hombre y una mujer no pueden ser iguales en todo, porque uno y el otro no pueden realizar exactamente las mismas cosas. Un hombre no puede hacer exactamente todo lo que hace una mujer, ni una mujer puede hacer exactamente lo mismo que hace un hombre, porque Yahweh les ha dado cuerpos distintos y roles diferentes.
La Escritura dice que "la mujer está sujeta al hombre," y no que "el hombre está sujeto a la mujer." Esto no significa que la mujer sea inferior al hombre por tener que estarle sujeta, ni que el hombre sea inferior a ella por tener que sujetarla. Tener sujeta a una mujer no siempre es una labor fácil ni agradable---sobretodo en estos días----pero ese es el mandato que Yahweh ha dado al hombre y él lo tiene que obedecer.
Sin hacer mención alguna del carácter fuerte y autoritario que tendría que ejercer una mujer ante tal situación para mantener dicho caos del hogar bajo un mínimo de control---cosa que "ya serían otros 20 pesos"---los hijos terminarían siendo unos desdichados y malqueridos, prácticamente unos bastardos, y con un sentido totalmente distorcionado de lo que realmente es un hogar, una madre, un padre, una mujer, y un hombre.
Habría entonces dos razas adicionales de seres humanos resultantes, clasificados no por su género, sino mucho mas allá de eso y de acuerdo a sus percepciones y desarrollo emocional. Unos serían "los hijos de los hombres," con un sentido totalmente tradicional y Torah-correcto de lo que realmente es un hogar, una madre, un padre, una mujer, y un hombre; y otros serían "los hijos de las mujeres" que ya describimos. Por otra parte, las "hijas de las mujeres" serían una especie de mujeres bastante abominable y temible---algo así como eran las antiguas "amazonas."
Amados míos, en la sociedad, en el núcleo familiar, ni en la intimidad de su recámara, una mujer NO puede hacer lo mismo que puede hacer un hombre; y un hombre tampoco puede hacer lo mismo que hace una mujer.
Tan cierto es que el hombre y la mujer fueron hechos iguales a los ojos de Yahweh, como que fueron hechos "hombre y mujer;" como que cada uno tiene cuerpos, hormonas, órganos sexuales y reproductivos diferentes; y como que cada uno tiene distintos roles en la sociedad.
Ambos son hechos iguales a los ojos de Yahweh, si cada uno cumple fielmente con las ordenanzas aplicables a cada uno. Son HECHOS "potencialmente" IGUALES, tras haber obedecido ambos; y finalmente tras haber entrado al Reino.
De otra manera, desobedeciendo cada uno a sus mandatos, ¡no serán iguales ante Yahweh jamás! ¿Quiénes de nosotros lo podremos refutar? Tengamos un poco de sensatez: Respecto a lo físico, un hombre jamás podrá llevar un hijo nueve meses en su vientre como puede hacerlo una mujer. Una mujer tampoco tiene los niveles de testosterona que tiene un hombre, requeridos para ir a la guerra contra hombres violentos y fuertes, por ejemplo, ni para dominar las bestias salvajes del campo.
Respecto a lo espiritual, por ejemplo; un hombre que cumpla con toda la Ley, pero que falle en un punto y se vista con prendas de mujer, A OJOS DE YAHWEH, ¡JAMAS VA A SER IGUAL a una mujer también que cumpla con toda la Ley y que no se vista de hombre!
En ese caso el hombre estaría violando un mandato dado específicamente al hombre, y la mujer no estaría violando su respectivo mandato. En ese caso, queridos míos, la mujer sería espiritualmente superior al hombre. La mujer estaría viviendo para Yahweh y " por toda palabra que sale de Su boca," pero ¿estaría ese hombre viviendo para Yahweh y por toda Su Palabra? POR SUPUESTO QUE NO. A ojos de Yahweh, dicha mujer es KODESH y el hombre no lo es. Dicha mujer es FIEL a Yahweh y el hombre les es INFIEL. Y lo mismo sería cierto en el caso opuesto. Evidentemente, ¡ambos NO SON IGUALES a ojos de Yahweh, queridos míos, si desobedecen los mandatos que se les han dado!
Lo mismo podemos decir de las RAZAS y de las condiciones sociales de los humanos. A ojos de Yahweh, ¿son iguales los ricos a los pobres? ¿son iguales los judíos a los griegos...? ¿...son iguales los negros que los blancos?
Amados míos, de la única manera que los negros serían iguales a los blancos (o vice-versa), y los israelitas a los gentiles; ¡es si ambos fueren creyentes y anduviesen en fidelidad a Yahweh! Dice la Escritura que "Somos UNO en Yahushua," queridos míos; de otra forma, FUERA DE YAHUSHUA, seguimos siendo distintos por nuestra propia desición y naturaleza pecaminosa humana, o debido a las maldiciones generacionales de nuestros antepasados.
La mejor prueba de que fuera de Yahushua NO SOMOS IGUALES, es que durante los últimos seis mil años, la historia demuestra que la humanidad inconvertida ha estado en guerra unos con otros---por cuestiones nacionales, étnicas, económicas, religiosas y raciales... Si realmente fuéramos iguales ahora mismo, no habría ninguna diferencia de ninguna índole entre los seres humanos, y no habría razón alguna para irse a la guerra unos con otros.
Según la Torah, para Yahweh sólo existen dos tipos de seres humanos: los obedientes y los desobedientes. Los arrepentidos y los impíos. Los convertidos y los inconversos. Los fieles y los infieles. TODOS SON SINONIMOS, respectivamente.
Si verdaderamente estamos en Yahushua, entonces estamos en OBEDIENCIA---estamos bajo el mismo Padre y la misma Ley---y eso nos hace ser hechos UNO con El; y entonces para El ya no existen ni ricos ni pobres, ni judíos ni griegos ni gentiles ni árabes ni efrayimitas; ni hombres ni mujeres; ni blancos ni negros, ni indígenas ni chinos. Siendo UNO con El, ya no estaríamos en guerra unos con otros, ni tendríamos nuestras propias mentes, agendas, leyes, ni caminos separados y egoístas. ¡Siendo UNO con El, tenemos UNA misma mente y UNA misma cabeza y UN mismo espíritu---el de Yahweh/ Yahushua. Y por ende, todos "somos de un mismo pensar y sentir," como dice la Escritura. El mundo actual no es así---todavía. Pero los que Yahweh ha venido llamando del mundo y de sus tinieblas, sí somos de un mismo pensar y sentir unos con otros y con El, porque procuramos constantemente serlo. Es nuestro modo de vida.
"Ya no vivimos nosotros"---amados míos---"sino que Yahushua vive en nosotros!" "Ya no vivimos para nosotros mismos, sino que vivimos para YAHWEH!"
Por ende, SOMOS UNO CON YAHUSHUA Y CON EL....¡SOMOS IGUALES A OJOS DE YAHWEH!
Rafael,
siervo de la Kejilah y hermano en Yahushua Ja Mashiaj