"EL PRIMER PASO
PARA ENTRAR AL NUEVO PACTO...
Y PERMANECER EN EL"
¿Sabe Usted lo que significa ser "llamado por Yahweh"?
¿Cómo puede saber Usted si verdaderamente ha sido
"llamado por Yahweh"?
¿Qué indicadores nos lo pueden confirmar?
¿Cuáles son los requisitos?
¿Cómo puede saber Usted si verdaderamente ha sido
"llamado por Yahweh"?
¿Qué indicadores nos lo pueden confirmar?
¿Cuáles son los requisitos?
"Arrepentíos vosotros en el nombre de Yahushua Ja Mashiaj para perdón de los pecados; y recibiréis el don del Espíritu Santo” (Hechos 2:36-38).
Shalom, queridos amigos y amigas, y "llamados" en general, y saludos en el poderoso nombre de Nuestro Amo y Salvador, Yahushua Ja Mashiaj. "Arrepentíos en Yahushua para el perdón de los pecados," fue lo primero que empezaron a predicar los apóstoles, sabiendo muy bien que de otra forma ninguno heredaría las promesas ni podría entrar al Reino Kodesh de Yahweh para cumplir la restauración de Yisrael sobre las naciones.
De ese pasaje también se infiere que quien no se arrepienta, no obtiene el Ruaj Ja Kodesh del Padre, queridos míos.
Pero... ¿qué significa arrepentirse?
Entre las definiciones se incluyen las siguientes, queridos míos: apartarse afligido de la antigua forma de actuar; cambiar positivamente el modo de pensar; sentir profundo remordimiento o contrición; entristecerse reconociendo uno mismo su culpabilidad ante Yahweh; aborrecer los pecados anteriores; alejarse completamente del pecado.
La Escritura Kodesh describe el arrepentimiento como un profundo reconocimiento de nuestros pecados y la consiguiente tristeza que nos hace cambiar nuestro modo de pensar y actuar. El apóstol Pablo lo explicó de esta manera:
“La tristeza que es según Yahweh produce arrepentimiento para salvación, de que no hay que arrepentirse; pero la tristeza del mundo produce muerte” (2 Corintios 7:10).
En ese pasaje la palabra traducida como "tristeza" significa una humilde contrición, como la que se hace tras auto-evaluar y reconocer un error que se haya cometido, en este caso por quebrantar la Ley Kodesh de Yahweh---puesto que la Palabra define al pecado como "la transgresión de la Ley."
Amados, la tristeza del mundo es superficial, de manera que no produce ningún cambio verdadero y permanente en las personas. Comoquiera el mundo vive sin Yahweh y sin Su Ley Kodesh, y por tanto sin una definición verdadera de lo que es el pecado.
Pero la tristeza que es según Yahweh nos permite ver cuán perversos somos como humanos; nos hace poner nuestra esperanza en Yahweh, y nos lleva a hacer un compromiso profundo que realmente transforma nuestro modo de pensar y de actuar.
Queridos míos, la esencia del arrepentimiento es el cambio, pero es un cambio interno: dejar nuestra antigua forma de vivir ("el viejo hombre") para obedecer y servir a Yahweh (como "nuevas creaturas"). Pedro, en el sermón que citamos anteriormente, describió el arrepentimiento como una profunda y sincera expresión de sumisión a Yahweh.
Amados míos y del Cordero, esto es el resultado de haber reconocido nuestra culpabilidad ante Yahweh y lo que Su Hijo Yahushua hizo como nuestro Salvador personal para reconciliarnos con el Padre (Romanos 5:8-10; 2 Corintios 5:18-20). De modo que el arrepentimiento nos une al Padre y a Yahushua Ja Mashiaj en una relación extraordinaria. ¡Nos hace posible re-pactar con El desde un estado caído nacional y colectivo que lleva vigente miles de años!
El milagro del arrepentimiento ocurre tras haber sido "llamado" por Yahweh, queridos míos. En lo que se refiere a nuestra relación con Yahweh, debemos comprender desde un principio que el arrepentimiento es en sí un milagro y un don que incluso podemos pedir a Yahweh. Y la Palabra de Yahweh afirma que el llamamiento que recibimos es uno "irrevocable," al igual que lo son las promesas---excepto que tenemos que calificar para recibirlas.
Queridos míos en la Torah vemos claramente que la oportunidad de arrepentirnos es un don de Yahweh, que sólo es posible cuando El nos trae hacia sí, y lo hace exclusivamente a través de Su Hijo. No hay otra manera de llegar al Padre desde nuestro estado caído. Yahushua dijo claramente:
“Ninguno puede venir a mí, si el Padre que me envió no le trajere . . .” (Juan 6:44).
En otras palabras, queirdos amigos y amigas, nuestro Padre Yahweh nos tiene que "llamar" hacia Su Hijo. Y luego---en el caso de los que reconocemos que somos parte de la descendencia caída de Yisrael--- Su Hijo nos muestra como re-pactar con el Padre y ser salvos. En el Libro del Apocalipsis, Yahushua llama a los salvos, "los LLAMADOS, escogidos y hallados fieles."
Queridos amigos, es imposible que un ser humano, basado en sus propias fuerzas, interés e intelecto, entregue su voluntad completamente a Yahweh. Yahweh lo ha hecho imposible para que tengamos dedepender de Su Hijo y el sacrificio que de una vez y por todas consumó en la cruz. Nuestra salvación no puede depender de nosotros nadamás y las obras que hagamos. Se requiere reconocer mucho mas que eso. Humanamente, inmediatamente tras haber sido llamados, no podemos comprender la profundidad ni la magnitud del cambio que Yahweh desea realizar en el ser humano.
El primer paso, como ya hemos visto antes: Arrepentirse...
“En aquellos días vino Juan el Inmersor predicando en el desierto de Judea, y diciendo: Arrepentíos, porque el reino de los cielos se ha acercado” (Mateo 3:1-2). Juan el inmersor estaba haciendo un llamado al arrepentimiento para aquellos que tuvieran la entrada al Reino y recibir las promesas en gran estima.
Después de que Yahweh nos llama, queridos míos, el arrepentimiento es el primer
paso en nuestra relación con El. Amigos míos, sin el arrepentimiento, nos encontramos excluídos de aquel pacto y aquellas promesas, y totalmente apartados de Yahweh: “He aquí que no se ha acortado la mano de Yahweh para salvar, ni se ha agravado Su oído para oír; pero vuestras iniquidades han hecho división entre vosotros y vuestro Elojim, y vuestros pecados han hecho ocultar de vosotros Su rostro para no oír” (Isaías 59:1-2).
Amados, el pecado crea separación entre Yahweh y el ser humano, y causa que El no nos oiga ni escuche nuestras oraciones mientras estemos concientes de que estamos manchados---a no ser que vengan de un corazón contrito y sumiso, de uno que clame a El humildemente por perdón. No todo el mundo que dice orar y recibir respuesta del Padre lo hace.
Sin embargo, Nuestro Padre quiere que todos se arrepientan, obtengan la Ruaj Ja Kodesh o Espíritu Santo, y se conviertan en verdaderos hijos Suyos (2 Pedro 3:9; Juan 1:12). Para que esto pueda suceder, Nuestro Padre Yahweh en Su gran misericordia nos llama desde el estado nacional caído en que se encuentran Yisrael y los gentiles, a los que nos tiene predestinados desde la fundación del mundo; y por gracia Suya empieza a guiarnos hacia el arrepentimiento mediante Su Hijo que nos rescata del pecado (Romanos 2:4).
Queridos míos, notemos cómo el apóstol Pedro (Shimo Kefa) enseñó a quienes Yahweh estaba llamando. En su primer sermón, el cual predicó en la Fiesta de Shavuot o de Las Semanas (popularmente mal-conocida como "Pentecostés"), Pedro dijo: “Sepa, pues, ciertísimamente toda la casa de Yisrael, que a este Yahushua a quien vosotros crucificasteis, Yahweh le ha hecho Amo y Mashiaj."
Amados míos, la Escritura dice que aquellos que le escuchaban “se compungieron de corazón” y que preocupados le preguntaron a Pedro y a los demás apóstoles: “Varones hermanos, ¿qué haremos?” Pedro les respondió: “Arrepentíos y sed inmersos cada uno de vosotros en el nombre de Yahushua Ja Mashiaj para perdón de vuestros pecados, y recibiréis el don del Espíritu Santo."
Pedro, Juan, Mateo y todos los demás seguidores de Yahushua lo acababan de recibir ese día estando reunidos para la fiesta en Jerusalém (recordemos que Savuot es una de las tres de entre las siete Fiestas Anuales de Yahweh cuando por mandato divino hay que subir a Jerusalém). Necesitamos cambiar o re-novar nuestra mente, entendimiento y corazón. Necesitamos ayuda incluso para entender lo que es el pecado, porque como dijo el apóstol Pablo en sus cartas, la conciencia del pecado viene por el conocimiento de la Ley. Por eso Yahweh tiene que concedernos el arrepentimiento (Hechos 11:18; 2 Timoteo 2:25), el cual es un proceso gradual pero continuo. En otras palabras, si una persona "llamada" se estanca en su andar, o si retrocede, y rehusa volver a caminar hacia adelante, ¡se deja de arrepentir!
Además, tras haber sido "llamados," necesitamos la fuerza de voluntad—tanto el deseo como la decisión— de arrepentirnos. Y de seguirnos arrepintiendo. Este deseo también viene de Yahweh, “porque Yahweh es el que en vosotros produce así el querer como el hacer, por Su buena voluntad” (Filipenses 2:13).
Amados, aunque Yahweh “quiere que todos los hombres sean salvos y vengan al conocimiento de la verdad” (1 Timoteo 2:4), ciertamente El no obliga a nadie a arrepentirse. El nos ha dado "libre albedrío" o facultad de tomar desiciones propias. Su benignidad y bondad nos guían al arrepentimiento (Romanos 2:4), pero El no lo decide todo por nosotros; la decisión sigue siendo enteramente nuestra. De la única manera que El decide por nosotros, queridos amigos y amigas, es si nosotros nos le sometemos enteramente a El y le pedimos a El que El haga Su Voluntad en nosotros. En otras palabras, ¡que Su Voluntad sea la misma voluntad nuestra!---pero esta es una decisión nuestra muy voluntaria también.
De manera que quienes sinceramente se arrepienten, se dan cuenta muy pronto
de que Yahweh está obrando activamente en sus vidas, trabajando en ellos
para crear un profundo deseo de realizar los cambios necesarios para
agradarle y ser "uno" con El y Su Hijo.
Queriendo saber qué es lo que Yahweh espera de ellos, los "llamados" que son ardientes, celosos y gozosos estudian la Escritura---la inspirada Palabra de Yahweh---para comprender mejor cual es Su voluntad "agradable y perfecta" y el llamado tan excelso que han recibido "a tan grande salvación." (Y ése es un llamado a "ser primicias" de la raza humana en esta actual era de la Kejilah o del Nuevo Pacto que Yahweh ha hecho con nosotros---como ya hemos comentado en otros mensajes). Tales personas desean someterse voluntariamente a Yahweh y vivir siempre de acuerdo con Sus instrucciones.
Queridos míos, el estudio diligente y sincero de la Palabra de Yahweh, junto con un fuerte deseo de someternos a Su divina voluntad, pronto nos permite ver dentro de nosotros los mismos deseos egoístas que dominan el comportamiento y la forma de pensar de todo ser humano. Empezamos a reconocer la influencia penetrante que tiene la “mente carnal,” como tan acertadamente la llamó el apóstol Pablo (Colosenses 2:18), en nuestro pensar y actuar.
Pero primero, Yahweh poco a poco tiene que, "retirarnos la cobertura que El ha puesto sobre las naciones" por desobedientes, y tiene que convencernos del pecado (Juan 16:8); para que podamos arrepentirnos y así comprender cuán alejados estamos de Sus caminos. Debemos empezar a comprender el engaño satánico del que hemos sido víctimas para poder ver el pecado que vive dentro de nosotros y reconocer la hostilidad tan arraigada que tenemos contra Yahweh y Sus leyes, “por cuanto los designios de la carne son enemistad contra Yahweh; porque no se sujetan a la ley de Yahweh, ni tampoco pueden” (Romanos 8:7).
Queridos míos, lograr reconocer el pecado en nosotros constituye un avance muy significativo, pues el primer paso para cambiar un mal hábito o evitar una mala acción es reconocer y aceptar que existe un problema. Y ese problema es que hemos estado engañados y enceguecidos por el pecado, y a la vez encerrados en él y sujetos a la muerte. ¡Pero de eso nos vino a librar Yahushua!
Debemos estar siempre dispuestos a reconocer nuestras faltas y a aceptar nuestra culpabilidad, puesto que:
“Si confesamos nuestros pecados, El es fiel y justo para perdonar nuestros pecados, y limpiarnos de toda maldad. Si decimos que no hemos pecado, le hacemos a El mentiroso, y Su palabra no está en nosotros” (1 Juan 1:9-10).
Antes de despedirnos, queridos amigos y amigas que Yahweh haya "llamado," esperamos que este mensaje les haya servido de edificación y corrección, que les haya disipado algunas dudas y malentendidos previos, y que les proporcione una herramienta mas para la comprensión del Plan Maestro Kodesh de Yahweh y les sirva de provecho para ayudar a otros "llamados" de Yahweh a entenderlo.
Con todo amor, se despide humildemente de Ustedes,
Rafael,
siervo de Yahushua Ja Mashiaj
y de la Kejilah o Asamblea de los kodeshim primogénitos.
PS. Les exortamos a que continúen leyendo otros mensajes de similar tema, tal como el que lleva por título "EL GOZO DEL CREYENTE EN MASHIAJ: ¡nunca lo pierda!" disponible en este URL: http://kodesh.weebly.com/el-gozo-del-creyente-en-mashiaj.html
Shalom, queridos amigos y amigas, y "llamados" en general, y saludos en el poderoso nombre de Nuestro Amo y Salvador, Yahushua Ja Mashiaj. "Arrepentíos en Yahushua para el perdón de los pecados," fue lo primero que empezaron a predicar los apóstoles, sabiendo muy bien que de otra forma ninguno heredaría las promesas ni podría entrar al Reino Kodesh de Yahweh para cumplir la restauración de Yisrael sobre las naciones.
De ese pasaje también se infiere que quien no se arrepienta, no obtiene el Ruaj Ja Kodesh del Padre, queridos míos.
Pero... ¿qué significa arrepentirse?
Entre las definiciones se incluyen las siguientes, queridos míos: apartarse afligido de la antigua forma de actuar; cambiar positivamente el modo de pensar; sentir profundo remordimiento o contrición; entristecerse reconociendo uno mismo su culpabilidad ante Yahweh; aborrecer los pecados anteriores; alejarse completamente del pecado.
La Escritura Kodesh describe el arrepentimiento como un profundo reconocimiento de nuestros pecados y la consiguiente tristeza que nos hace cambiar nuestro modo de pensar y actuar. El apóstol Pablo lo explicó de esta manera:
“La tristeza que es según Yahweh produce arrepentimiento para salvación, de que no hay que arrepentirse; pero la tristeza del mundo produce muerte” (2 Corintios 7:10).
En ese pasaje la palabra traducida como "tristeza" significa una humilde contrición, como la que se hace tras auto-evaluar y reconocer un error que se haya cometido, en este caso por quebrantar la Ley Kodesh de Yahweh---puesto que la Palabra define al pecado como "la transgresión de la Ley."
Amados, la tristeza del mundo es superficial, de manera que no produce ningún cambio verdadero y permanente en las personas. Comoquiera el mundo vive sin Yahweh y sin Su Ley Kodesh, y por tanto sin una definición verdadera de lo que es el pecado.
Pero la tristeza que es según Yahweh nos permite ver cuán perversos somos como humanos; nos hace poner nuestra esperanza en Yahweh, y nos lleva a hacer un compromiso profundo que realmente transforma nuestro modo de pensar y de actuar.
Queridos míos, la esencia del arrepentimiento es el cambio, pero es un cambio interno: dejar nuestra antigua forma de vivir ("el viejo hombre") para obedecer y servir a Yahweh (como "nuevas creaturas"). Pedro, en el sermón que citamos anteriormente, describió el arrepentimiento como una profunda y sincera expresión de sumisión a Yahweh.
Amados míos y del Cordero, esto es el resultado de haber reconocido nuestra culpabilidad ante Yahweh y lo que Su Hijo Yahushua hizo como nuestro Salvador personal para reconciliarnos con el Padre (Romanos 5:8-10; 2 Corintios 5:18-20). De modo que el arrepentimiento nos une al Padre y a Yahushua Ja Mashiaj en una relación extraordinaria. ¡Nos hace posible re-pactar con El desde un estado caído nacional y colectivo que lleva vigente miles de años!
El milagro del arrepentimiento ocurre tras haber sido "llamado" por Yahweh, queridos míos. En lo que se refiere a nuestra relación con Yahweh, debemos comprender desde un principio que el arrepentimiento es en sí un milagro y un don que incluso podemos pedir a Yahweh. Y la Palabra de Yahweh afirma que el llamamiento que recibimos es uno "irrevocable," al igual que lo son las promesas---excepto que tenemos que calificar para recibirlas.
Queridos míos en la Torah vemos claramente que la oportunidad de arrepentirnos es un don de Yahweh, que sólo es posible cuando El nos trae hacia sí, y lo hace exclusivamente a través de Su Hijo. No hay otra manera de llegar al Padre desde nuestro estado caído. Yahushua dijo claramente:
“Ninguno puede venir a mí, si el Padre que me envió no le trajere . . .” (Juan 6:44).
En otras palabras, queirdos amigos y amigas, nuestro Padre Yahweh nos tiene que "llamar" hacia Su Hijo. Y luego---en el caso de los que reconocemos que somos parte de la descendencia caída de Yisrael--- Su Hijo nos muestra como re-pactar con el Padre y ser salvos. En el Libro del Apocalipsis, Yahushua llama a los salvos, "los LLAMADOS, escogidos y hallados fieles."
Queridos amigos, es imposible que un ser humano, basado en sus propias fuerzas, interés e intelecto, entregue su voluntad completamente a Yahweh. Yahweh lo ha hecho imposible para que tengamos dedepender de Su Hijo y el sacrificio que de una vez y por todas consumó en la cruz. Nuestra salvación no puede depender de nosotros nadamás y las obras que hagamos. Se requiere reconocer mucho mas que eso. Humanamente, inmediatamente tras haber sido llamados, no podemos comprender la profundidad ni la magnitud del cambio que Yahweh desea realizar en el ser humano.
El primer paso, como ya hemos visto antes: Arrepentirse...
“En aquellos días vino Juan el Inmersor predicando en el desierto de Judea, y diciendo: Arrepentíos, porque el reino de los cielos se ha acercado” (Mateo 3:1-2). Juan el inmersor estaba haciendo un llamado al arrepentimiento para aquellos que tuvieran la entrada al Reino y recibir las promesas en gran estima.
Después de que Yahweh nos llama, queridos míos, el arrepentimiento es el primer
paso en nuestra relación con El. Amigos míos, sin el arrepentimiento, nos encontramos excluídos de aquel pacto y aquellas promesas, y totalmente apartados de Yahweh: “He aquí que no se ha acortado la mano de Yahweh para salvar, ni se ha agravado Su oído para oír; pero vuestras iniquidades han hecho división entre vosotros y vuestro Elojim, y vuestros pecados han hecho ocultar de vosotros Su rostro para no oír” (Isaías 59:1-2).
Amados, el pecado crea separación entre Yahweh y el ser humano, y causa que El no nos oiga ni escuche nuestras oraciones mientras estemos concientes de que estamos manchados---a no ser que vengan de un corazón contrito y sumiso, de uno que clame a El humildemente por perdón. No todo el mundo que dice orar y recibir respuesta del Padre lo hace.
Sin embargo, Nuestro Padre quiere que todos se arrepientan, obtengan la Ruaj Ja Kodesh o Espíritu Santo, y se conviertan en verdaderos hijos Suyos (2 Pedro 3:9; Juan 1:12). Para que esto pueda suceder, Nuestro Padre Yahweh en Su gran misericordia nos llama desde el estado nacional caído en que se encuentran Yisrael y los gentiles, a los que nos tiene predestinados desde la fundación del mundo; y por gracia Suya empieza a guiarnos hacia el arrepentimiento mediante Su Hijo que nos rescata del pecado (Romanos 2:4).
Queridos míos, notemos cómo el apóstol Pedro (Shimo Kefa) enseñó a quienes Yahweh estaba llamando. En su primer sermón, el cual predicó en la Fiesta de Shavuot o de Las Semanas (popularmente mal-conocida como "Pentecostés"), Pedro dijo: “Sepa, pues, ciertísimamente toda la casa de Yisrael, que a este Yahushua a quien vosotros crucificasteis, Yahweh le ha hecho Amo y Mashiaj."
Amados míos, la Escritura dice que aquellos que le escuchaban “se compungieron de corazón” y que preocupados le preguntaron a Pedro y a los demás apóstoles: “Varones hermanos, ¿qué haremos?” Pedro les respondió: “Arrepentíos y sed inmersos cada uno de vosotros en el nombre de Yahushua Ja Mashiaj para perdón de vuestros pecados, y recibiréis el don del Espíritu Santo."
Pedro, Juan, Mateo y todos los demás seguidores de Yahushua lo acababan de recibir ese día estando reunidos para la fiesta en Jerusalém (recordemos que Savuot es una de las tres de entre las siete Fiestas Anuales de Yahweh cuando por mandato divino hay que subir a Jerusalém). Necesitamos cambiar o re-novar nuestra mente, entendimiento y corazón. Necesitamos ayuda incluso para entender lo que es el pecado, porque como dijo el apóstol Pablo en sus cartas, la conciencia del pecado viene por el conocimiento de la Ley. Por eso Yahweh tiene que concedernos el arrepentimiento (Hechos 11:18; 2 Timoteo 2:25), el cual es un proceso gradual pero continuo. En otras palabras, si una persona "llamada" se estanca en su andar, o si retrocede, y rehusa volver a caminar hacia adelante, ¡se deja de arrepentir!
Además, tras haber sido "llamados," necesitamos la fuerza de voluntad—tanto el deseo como la decisión— de arrepentirnos. Y de seguirnos arrepintiendo. Este deseo también viene de Yahweh, “porque Yahweh es el que en vosotros produce así el querer como el hacer, por Su buena voluntad” (Filipenses 2:13).
Amados, aunque Yahweh “quiere que todos los hombres sean salvos y vengan al conocimiento de la verdad” (1 Timoteo 2:4), ciertamente El no obliga a nadie a arrepentirse. El nos ha dado "libre albedrío" o facultad de tomar desiciones propias. Su benignidad y bondad nos guían al arrepentimiento (Romanos 2:4), pero El no lo decide todo por nosotros; la decisión sigue siendo enteramente nuestra. De la única manera que El decide por nosotros, queridos amigos y amigas, es si nosotros nos le sometemos enteramente a El y le pedimos a El que El haga Su Voluntad en nosotros. En otras palabras, ¡que Su Voluntad sea la misma voluntad nuestra!---pero esta es una decisión nuestra muy voluntaria también.
De manera que quienes sinceramente se arrepienten, se dan cuenta muy pronto
de que Yahweh está obrando activamente en sus vidas, trabajando en ellos
para crear un profundo deseo de realizar los cambios necesarios para
agradarle y ser "uno" con El y Su Hijo.
Queriendo saber qué es lo que Yahweh espera de ellos, los "llamados" que son ardientes, celosos y gozosos estudian la Escritura---la inspirada Palabra de Yahweh---para comprender mejor cual es Su voluntad "agradable y perfecta" y el llamado tan excelso que han recibido "a tan grande salvación." (Y ése es un llamado a "ser primicias" de la raza humana en esta actual era de la Kejilah o del Nuevo Pacto que Yahweh ha hecho con nosotros---como ya hemos comentado en otros mensajes). Tales personas desean someterse voluntariamente a Yahweh y vivir siempre de acuerdo con Sus instrucciones.
Queridos míos, el estudio diligente y sincero de la Palabra de Yahweh, junto con un fuerte deseo de someternos a Su divina voluntad, pronto nos permite ver dentro de nosotros los mismos deseos egoístas que dominan el comportamiento y la forma de pensar de todo ser humano. Empezamos a reconocer la influencia penetrante que tiene la “mente carnal,” como tan acertadamente la llamó el apóstol Pablo (Colosenses 2:18), en nuestro pensar y actuar.
Pero primero, Yahweh poco a poco tiene que, "retirarnos la cobertura que El ha puesto sobre las naciones" por desobedientes, y tiene que convencernos del pecado (Juan 16:8); para que podamos arrepentirnos y así comprender cuán alejados estamos de Sus caminos. Debemos empezar a comprender el engaño satánico del que hemos sido víctimas para poder ver el pecado que vive dentro de nosotros y reconocer la hostilidad tan arraigada que tenemos contra Yahweh y Sus leyes, “por cuanto los designios de la carne son enemistad contra Yahweh; porque no se sujetan a la ley de Yahweh, ni tampoco pueden” (Romanos 8:7).
Queridos míos, lograr reconocer el pecado en nosotros constituye un avance muy significativo, pues el primer paso para cambiar un mal hábito o evitar una mala acción es reconocer y aceptar que existe un problema. Y ese problema es que hemos estado engañados y enceguecidos por el pecado, y a la vez encerrados en él y sujetos a la muerte. ¡Pero de eso nos vino a librar Yahushua!
Debemos estar siempre dispuestos a reconocer nuestras faltas y a aceptar nuestra culpabilidad, puesto que:
“Si confesamos nuestros pecados, El es fiel y justo para perdonar nuestros pecados, y limpiarnos de toda maldad. Si decimos que no hemos pecado, le hacemos a El mentiroso, y Su palabra no está en nosotros” (1 Juan 1:9-10).
Antes de despedirnos, queridos amigos y amigas que Yahweh haya "llamado," esperamos que este mensaje les haya servido de edificación y corrección, que les haya disipado algunas dudas y malentendidos previos, y que les proporcione una herramienta mas para la comprensión del Plan Maestro Kodesh de Yahweh y les sirva de provecho para ayudar a otros "llamados" de Yahweh a entenderlo.
Con todo amor, se despide humildemente de Ustedes,
Rafael,
siervo de Yahushua Ja Mashiaj
y de la Kejilah o Asamblea de los kodeshim primogénitos.
PS. Les exortamos a que continúen leyendo otros mensajes de similar tema, tal como el que lleva por título "EL GOZO DEL CREYENTE EN MASHIAJ: ¡nunca lo pierda!" disponible en este URL: http://kodesh.weebly.com/el-gozo-del-creyente-en-mashiaj.html