serie "después de la muerte" #1
¿REGRESARAN LOS MUERTOS
A LA VIDA?
¿Está usted preocupado por sus seres queridos que han fallecido sin ser llamados?
¿Están condenados a arder en un infierno eterno?
La Torah revela una verdad, llena de esperanza,
¡LA que pocos entienden hoy!
La mayoría de nosotros hemos sufrido la muerte de algún ser querido, un amigo o un vecino. La muerte nos obliga a detenernos y pensar seriamente.
Cuando alguien a nuestro alrededor muere, tomamos el tiempo—o debemos tomar el tiempo—de considerar las incógnitas más profundas de la vida.
¿Qué ocurre después de la muerte? ¿Volveremos a ver a nuestros seres queridos?
A veces la muerte llega inesperadamente. La firma de seguros alemana Munich Re informó que en 2008, más de 220.000 personas fallecieron en catástrofes como huracanes e inundaciones. El ciclón Nargis en Myanmar causó 130.000 de esas muertes, el mayor número debido a una catástrofe natural desde el terremoto y el tsunami de Sumatra que costó la vida a casi 230.000 en diciembre de 2004. Cuando el río Amarillo se desbordó de julio a noviembre de 1931, más de un millón de chinos murieron ahogados y algunos calculan en cuatro millones el número total de muertes no-oficiales debidas a esa inundación. Sin duda vivimos en un mundo peligroso, donde hechos inesperados pueden tomarnos por sorpresa y cambiar nuestros planes para siempre.
Hay hechos desastrosos inducidos por el hombre mismo, como el desastre que representa la guerra. Los cálculos del número de muertos en la Segunda Guerra Mundial varían, pero la mayoría concuerdan en que fueron más de 50 millones las víctimas de aquel espantoso conflicto, entre ellas decenas de millones de civiles. En el siglo XX, si sumamos los genocidios auspiciados por los gobiernos, las purgas políticas y muertes relacionadas con la guerra, ¡la cifra se acerca a 300 millones!
La muerte es trágica, cualquiera que sea su origen, pero al mismo tiempo es un aspecto rutinario de la vida. Los demógrafos informan que en 2008 murieron más de 8 personas de cada mil, o sea ¡más de 55 millones de mujeres, hombres y niños! Muchos murieron por causas naturales, al cabo de una vida larga y productiva, pero aun así su fallecimiento fue motivo de dolor para sus seres queridos.
La mayoría de las personas tratan de consolarse creyendo en algún tipo de vida después de la muerte. Muchas personas tienen ideas acerca del más allá, muchos creen en la vida después de la muerte, otros dicen no saber. Hay altos porcentajes de personas que creen en el cielo y también en el infierno.
En algunos países hay un creciente interés en los conceptos religiosos orientales como la reencarnación y algunas personas creen que pueden comunicarse con otros después de la muerte.
¡Qué confusión! ¡Es importante que busquemos en la Torah cuál es la verdad sobre la vida y la muerte!
Si usted es como la mayoría de las personas, seguramente cree o en algén momento creyó en un infierno de fuego eterno donde ahora mismo hay gente sometida a terribles suplicios. Quizá piense que algunos de sus propios parientes están padeciendo tormentos insoportables en este momento, mientras usted lee este artículo.
¿De dónde sacó usted sus ideas sobre el infierno?
Quizá le sorprenda saber que muchos estereotipos sobre el infierno, que hoy tienen amplia acogida, no vinieron de la Palabra Kodesh de Yhwh sino de los escritos de un poeta italiano del siglo 14. Dante Alighieri, autor de La Divina Comedia, escribió su largo poema como una alegoría, un comentario sobre los problemas sociopolíticos de su nación. Su panorama del infierno presentaba nueve regiones, cada una más profunda y con peores suplicios para los pecadores. En una sección del poema de Dante, titulada el Infierno, vemos a los culpables del pecado de lujuria recibiendo el castigo más leve en el primer círculo del Infierno; las regiones más profundas del infierno se reservan para los que Dante considera los traidores más repugnantes de la historia, no solamente Judas Iscariote, sino también los traidores romanos Bruto y Casio, implicados en el asesinato de Julio César.
Lamentablemente, muchos estudiantes de las Escrituras de Yhwh se han limitado a aceptar la idea de un infierno dantesco, haciendo caso omiso de lo que leen en los pasajes claros de las Escrituras. Quizá oyeron hablar del infierno en boca de sus padres o de algún pastor pero nunca vieron por sí mismos la clara verdad de la palabra de Yhwh.
Leamos: "Porque la paga del pecado es muerte, mas la dádiva de Yhwh es vida eterna en Yahushua Ja Mashiaj Adón nuestro" (Romanos 6:23). Dante muestra a los pecadores sufriendo una vida eterna en las llamas infernales, pero la Torah dice algo muy diferente: que los pecadores se ganan la muerte, es decir ¡ausencia de vida!
Recuerde lo que dijo Yahushua en uno de los versículos más citados de la Torah: "Pues Yhwh amó tanto al mundo, que dio a su Hijo único, para que todo aquel que cree en él no muera, sino que tenga vida eterna" (Juan 3:16). Nuestro Salvador trazó un contraste entre la vida y la muerte. Por una parte, vida eterna; por otra parte muerte. Morir es dejar de existir, reducirse a la nada. Yahushua vino para que no quedáramos reducidos a la muerte, a la nada. Vino a darnos la posibilidad de vida eterna, la cual no tenemos ahora porque no es algo inherente en nosotros.
¿Le sorprende saber que no tenemos vida inmortal ahora? ¿Es posible matar el alma humana? Sí, ¡Yhwh dice que sí! Veamos las palabras dichas por nuestro Creador por medio del profeta Ezequiel: "He aquí que todas las almas son mías; como el alma del padre, así el alma del hijo es mía; el alma que pecare, esa morirá" (Ezequiel 18:4).
Así es: La Torah revela que hay un lago de fuego y que allí se echará a los pecadores impenitentes, los que no se arrepientan, para que dejen de existir (Apocalipsis 20:14–15; 21:8). Su muerte en el lago de fuego será “la muerte segunda” (v. 8), de la cual no hay resurrección.